Durante la Tercera Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas, realizada en Ciudad de México, entre el 1 y 3 de julio de 2024, participó la codirectora de Humanas, Adriana Benjumea Rua, tanto en el evento oficial como en evento paralelo.
En el evento oficial, Benjumea hizo parte del diálogo de contribuciones de la sociedad civil y allí señaló tres claves si los gobiernos de la región asumen nombrar feminista su política exterior. Deben saber que:
Una #PolíticaExteriorFeminista está a favor de la paz. Ninguna guerra nos representa. No avala ninguna guerra ni ningún conflicto armado. Para que sea feminista, tendrá que ser una política pacifista y alzar la voz con la misma fuerza, para que pare la guerra en Ucrania y en Gaza.
Una #PolíticaExteriorFeminista no es una pregunta sino una respuesta para la justicia. La justicia ambiental, la justicia social, el comercio justo, la justicia racial, la justicia con enfoque de género e integral frente a las violencias. Por tanto, deben ser una respuesta a la justicia.
#PolíticaExteriorFeminista implica asumir los postulados del feminismo en los temas del cuidado y la protección de las mujeres, a las lideresas y defensoras de Derechos Humanos. Es fundamental que los Estados protejan la vida de las defensoras, todas las mujeres, niñas y sus territorios.
Al final, resumió: “la Política Exterior Feminista implica también alzar la voz por la paz y no a favor de ninguna guerra; es ser una respuesta para la justicia integral y es un trabajo que se centra en el cuidado y la protección de las mujeres, las niñas y las defensoras de Derechos Humanos”: Benjumea Rua.
Los retos del acceso a la justicia en la Política Exterior Feminista
Bajo la coordinación de EQUIS Justicia para las Mujeres, se convocó el evento paralelo “Hacia una Política Exterior Feminista en América Latina y el Caribe”, con el objetivo de generar un diálogo horizontal, incluyente y multisectorial para reflexionar sobre qué hace que una Política Exterior Feminista (PEF) sea feminista y cuáles son sus implicaciones.
La Corporación Humanas fue invitada como organización integrante de la Articulación Regional Feminista en la que 4 de los 7 países que la integramos, tenemos una reflexión sobre Política Exterior Feminista en la región (Colombia, Chile, México y Argentina), con la participación de Adriana Benjumea quien compartió su experiencia en el tema de construcción de paz y justicia en el contexto de Colombia.
El panel reunió a un grupo de mujeres que incorporan las perspectivas de género y derechos humanos en su trabajo en torno al acceso a las justicias, con el propósito de evidenciar, a partir de las reflexiones con una mirada interseccional, la importancia del acceso a las justicias como un eje fundamental de la política exterior feminista.
Tomando como punto de partida el contexto de Colombia, Adriana planteó en primer lugar ¿de qué forma han posicionado la justicia como un eje prioritario de la PEF?
Explicó que en Colombia, tenemos cuatro ejes de la PEF en los que el postulado de justicia es transversal: justicia ambiental, justicia social, paz total (el lugar de las mujeres en la justicia transicional) y eje de educación, ciencia y cultura. En cada uno, la expectativa es aportar una visión feminista de la justicia cuando la PEF empiece a implementarse en el país, porque hasta ahora, se cuenta con el plan de acción, pero aún no se ha iniciado la implementación de la misma.
Adriana Benjumea mencionó que Colombia cuenta con un legado importante para compartir sobre justicia transicional, ya que en Colombia organizaciones de mujeres y feministas, lograron que la violencia sexual no fuera objeto de amnistías ni de indultos en el modelo de justicia transicional acordado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las ex FARC EP y que los derechos a la verdad, la justicia y la reparación fueran construidos con las víctimas y las organizaciones y abogadas feministas que las representan.
“Estos avances son patrimonio de la justicia no solo para Colombia, sino para el mundo. Los crímenes que se cometen contra las mujeres y las personas LGBTIQ+ en los conflictos armados nunca antes habían sido considerados en un acuerdo de paz y nunca antes se había aceptado que fueran judicializados en un tribunal, la judicialización había sido una imposición, no un acuerdo”, puntualizó.
Posteriormente, respondió a la pregunta sobre ¿por qué es importante que las políticas exteriores feministas apuesten por otros modelos de justicia? Para Adriana Benjumea al menos cinco razones lo justifica:
- Históricamente, el feminismo se ha preguntado por la justicia, las justicias y las formas de justicia. Las feministas sabemos de injusticia, porque históricamente la justicia se nos ha impuesto, no ha sabido darnos respuestas, ni protegernos. La justicia patriarcal ha sido una forma más de sometimiento. Por eso, las PEF tienen que instaurar no una pregunta por la justicia, sino respuestas de justicia.
- Los temas que abordan las políticas exteriores feministas están atravesados por un concepto de justicia, que supera el entendido de la justicia como la respuesta penal. Las PEF tienen por mandato aplicarse a decisiones que se preguntan sobre lo justo (v.g. comercio justo, tratados de libre comercio, , normas migratorias, políticas e frontera, entre otras).
- La justicia es un campo de disputa que el patriarcado ha dominado. La justicia ha sido pensada y aplicada por hombres, sobre personas y comunidades históricamente discriminadas y excluidas, mujeres, personas negras, pobres, población con orientaciones sexuales e identidades de género diversas. La imposición del derecho a imagen y semejanza del opresor, ha generado desigualdades de acceso a derechos, por ejemplo, que el derecho penal no siempre considere la violencia sexual y de género como delitos en el cual debe intervenir o que los derechos laborales y de seguridad social, no sean verdades de perogrullo, sino luchas que han cobrado de la vida de quienes las han exigido. Las prioridades de la justicia hay que invertirlas en el marco de una PEF, es por ello que una política exterior feminista debe preocuparse de la violencia doméstica, intrafamiliar, y el feminicidio.
- Las PEF están obligadas a establecer acuerdos entre países para ocuparse del crimen trasnacional y no perder de visa el impacto, diferenciado y desproporcionado de esta criminalidad en mujeres, niñas y personas LGBTIQ+. Crímenes como la trata de personas, el narcotráfico, la explotación sexual de niños y niñas, la esclavitud sexual, la inducción a la prostitución entre otros, tienen que hacer parte de los acuerdos binacionales entre países, uniendo esfuerzos para prevenirlos, investigarlos y judicializarlos.
- Las PEF deben consultar las necesidades en justicia de las mujeres, no avanzar en modelos de justicia no impuestos. La guerra contra las drogas, los modelos de prisión y el narcotráfico, hacen parte de los temas que las PEF no pueden evadir.
El feminismo es teoría y práctica, que sueña un mundo no solo para las mujeres; su postulado es mucho mayor y propone una humanidad más justa que reconozca la dignidad humana de todas las personas.